Es importante que nos movamos, pero no es sólo por Assange. Es puro egoísmo, una cuestión de defensa personal. El mundo necesita a Wikileaks, que sólo con sus filtraciones sobre las tripas de las guerras de Irak y Afganistán ya ha hecho más méritos que Obama para ganar el Nobel de la Paz. Aunque vistos los sabotajes de Visa, Mastercard, Amazon, Paypal o el banco suizo PostFinance, parece que las mejores filtraciones aún están por venir.
Lo avanzó el propio Assange en una de sus últimas entrevistas antes de ser detenido. El siguiente objetivo será un gran banco estadounidense (hay quien apuesta por el Bank of America). “Dará una imagen bastante real y representativa de cómo se comportan los ejecutivos de la banca”, explica el fundador de Wikileaks. Y estoy en ascuas, porque si el comportamiento de la gran banca ya es lo bastante escandaloso visto desde fuera, ¿qué será lo que encontremos cuando iluminemos sus secretos? El último ejemplo es irlandés. El quebrado banco AIB repartirá 40 millones de euros en bonus a sus directivos. Se aprietan el cinturón, el año pasado fueron 55 millones. Se lo han ganado a pulso; no debe de ser fácil hundir a todo un país.
Artículo de Ignacio Escolar en Público, 10 de diciembre de 2010.

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